Como
personas, todas y todos tenemos una serie de derechos que tiene el objetivo de
proporcionar las condiciones necesarias que nos permitan realizarnos como
personas y vivir con dignidad y calidad. Se tratan de los Derechos Humanos, que
deben ser garantizados por todos los Estados del mundo en el que vivimos. De
todos ellos, cabe destacar el papel relevante de la educación, cuyas
características influyen en el desarrollo de los otros derechos fundamentales.
En la actualidad, la educación es considerada uno de los
factores clave en el avance y progreso tanto de personas como las sociedades
donde se agrupan y conviven. Además de proveer conocimientos, la educación
enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos
caracteriza como seres humanos.
El modelo ideal de educación que
buscan conseguir y aplicar los distintos
países del mundo, se caracteriza por ser universal, libre, flexible y de
calidad entre otras particularidades. Sin embargo, hoy en día educación y
política están estrechamente entrelazadas, ya que es el Estado el que tiene que
garantizar y promover la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y
adaptabilidad del sistema educativo para los ciudadanos. Asimismo, el mundo en
el que vivimos está en constante evolución, cambios a los que el sistema
educativo debe adaptarse. Es por esto que los gobiernos redactan leyes,
decretos y reformas frecuentemente con el objetivo de mantener una educación
actualizada y de calidad.
Todo esto, como lingüista y futura
docente, me genera la siguiente cuestión: ¿Qué importancia tienen las lenguas
extranjeras en el sistema educativo español? ¿Cómo tratan las leyes el tema del
plurilingüismo como resultado de la globalización de los últimos años?
Debido al avance de la
globalización, uno de los objetivos propuestos por la Unión Europea dentro de
la Estrategia Europa 2020 hace referencia a la prioridad de que el alumnado de
un país miembro dominen una primera
lengua extranjera y conozca al menos una a mayores.
En el contexto español, las leyes
orgánicas de educación aprobadas desde los años 90 han supuesto grandes avances
respecto al tratamiento de las Lenguas extranjeras. Desde hace algunos años en
nuestro país se vienen realizando importantes esfuerzos en este campo con el
ánimo de mejorar una situación que, si bien, a la luz de los datos, no invita
al optimismo, sí reconoce una relativa mejoría a lo largo de los últimos
tiempos. Las leyes vigentes en la actualidad, la Ley Orgánica de Educación
(LOE), de 2006, y la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa
(LOMCE), de 2013 que la modifica, establecen como una de las competencias clave
a adquirir por el alumnado la «comunicación lingüística» referida a las lenguas
oficiales y a las extranjeras.
Previamente, la LOGSE introdujo la
oferta de al menos dos lenguas extranjeras (inglés y francés principalmente),
lo que supuso un gran avance en el aprendizaje de las lenguas extranjeras. En la siguiente reforma educativa, la LOE introdujo
tres elementos clave en la legislación que afectan a la etapa de la educación
secundaria obligatoria en lo que se refiere a la enseñanza de lenguas
extranjeras: un enfoque a partir de Marco
Común Europeo de Referencia para las Lenguas, la introducción de las
competencias básicas y el aprendizaje integrado de contenidos e idiomas o CLOL.
En ambas leyes premiaba conseguir una
educación basada en la calidad y en la equidad en todos los campos, según la
cual estudiar una materia en una lengua extranjera proporciona al alumnado una
posibilidad real de utilizar la lengua extranjera de forma fluida,
desarrollándose así tanto personal como profesionalmente.
Actualmente, la LOMCE refuerza este
campo recalcando como uno de los principios del sistema educativo el impulso
del plurilingüismo, y como objetivo del mismo la capacitación en, al menos, una
lengua extranjera y su fomento desde el segundo ciclo de Educación Infantil. Ya
en su preámbulo, la LOMCE hace referencia al plurilingüismo como uno de los
principales ámbitos de incidencia. En base a los resultados obtenidos en
informes internacionales como PISA, se recalca que el dominio de una lengua
extranjera es una de las principales carencias del sistema educativo español y
que debe solucionarse cuanto antes para la obtención de la excelencia
estudiantil que a su vez repercutirá en la economía y bienestar del país.
Para la consecución de estos
objetivos, la LOMCE implantó entre otras medidas un mayor número de horas
lectivas de lenguas extranjeras y programas bilingües y plurilingües; un
profundo cambio metodológico centrado principalmente en las destrezas
comunicativas (ya que la fluidez oral es uno de los puntos más importantes y
más complicados de desarrollar dentro de un grupo aula de 30 estudiantes),
incorporando a su vez las TIC. Por último, está la implantación de pruebas
externas estandarizadas destinadas a realizarse al terminar cada ciclo
educativo, que evalúan compresión y expresión escrita y oral y el método
utilizado en la impartición de la materia.
CONCLUSIÓN
La presencia e importancia de las
lenguas extranjeras ha ido aumentando como resultado del proceso de
globalización de nuestro mundo. Asimismo, el desarrollo de las tecnologías de
la información y la comunicación convierte a los idiomas en un instrumento
indispensable para el intercambio y la inserción en el campo laboral y
profesional. Debido a esto, se han implementado como contenido fundamental a
impartir en el sistema educativo. Reforma tras reforma educativa, en España se
están implementando y favoreciendo la adquisición y dominio de al menos una
lengua extranjera, siendo beneficioso para el desarrollo de los estudiantes y
repercutiendo en el bienestar económico y social del país.
Fuentes
1 comentario:
¡Hola Emma!
Tras haber leído esta entrada tan interesante comencé a reflexionar sobre la diferencia que hay entre lo escrito en las leyes y la propia práctica educativa de los docentes. Creo que, tal y como funciona nuestro sistema educativo actual, hay un pequeño desajuste entre lo que propone la legislación y la práctica real de cada docente.
Es muy positivo que la legalidad deje este margen de personalización al docente para que cada uno escoja la metodología que más le convenga. Sin embargo, creo que la elección de muchos profesores y profesoras es siempre la misma: centrar en enseñanza de lenguas extranjeras en la corrección gramatical e incluso la comprensión oral y la producción escrita. Eso implica que dejan de lado la oralidad, el hecho de que una lengua se aprende a base de utilizarla, de hablarla.
Dicho esto, creo que la propia legislación va un poco más adelantada a los avances reales en educación que, aunque pocos, todos ellos son significativos e importantes para nosotras, como futuras docentes.
¡Un placer leer tu entrada y muchos ánimos!
Noemí
Publicar un comentario